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LA CIUDAD DE LAS AMIGAS
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LA CIUDAD DE LAS AMIGAS

Permitir_se(r). Capítulo II: La propia Singularidad

Publicada el 29 29Europe/Madrid abril 29Europe/Madrid 201829 29Europe/Madrid abril 29Europe/Madrid 2018

Queridas amigas,

Hace mucho que no os escribo. La verdad es que los días se suceden a una velocidad realmente sorprendente y cuando pienso que han pasado algunas semanas, me doy cuenta de que hace más de dos meses que no soy capaz de escribir unas líneas.

Tengo que reconocer que he vuelto a dudar de la necesidad de publicar en el blog, de si alguien lee los escritos, si os llegan, si son necesarios… pero luego me acuerdo de que me escribís para darme las gracias y para decir que os han gustado. Y cuando recibo esos mensajes me da una alegría tremenda haberme atrevido a compartir las ideas que lentamente mi cabeza va elaborando.

En estos meses han pasado cosas importantes. K ha crecido y está llegando el fin de la exogestación, cosa que significa que yo estoy mucho más receptiva al mundo que me envuelve y que cada vez tengo más ganas de participar en él. He vuelto a conducir, después de estar paralizada durante más de 9 meses (otro embarazo) y no conseguir sacar el coche del parquin. La novedad es que ahora llevo a K en el coche y eso me da una sensación de libertad muy grande.

Otra novedad: creé una cuenta de Instagram con el nombre de la_ciudad_de_las_amigas. Y se me ha abierto un mundo que desconocía totalmente y creo que el fenómeno social merece nuestra atención y nuestra reflexión. El caso es que como algunas sabéis yo estaba encantada con una cocinera llamada Lala Kitchen y ahora he sido testigo del declive de una persona que se convierte en influencer. El caso es que (hay muchas más como ella) son capaces de generar negocios que en pocos días generan miles de euros y cuando digo miles, son miles. Lo que las caracteriza es su discurso new age de pacotilla, su escasa implicación política (son incapaces de posicionarse ni ante la sentencia horrenda de la manada), su egocentrismo absoluto, su enorme soledad, y un problema de ego que las fagocita. Acaban siendo víctimas de sí mismas, del capitalismo salvaje y este como consecuencia de un sistema patriarcal que es capaz de sacar beneficio hasta de nuestras miserias. Las consecuencias de seguirlas son varias: por un lado, sientes que tu vida nunca es suficiente y que también puedes hacer “más” por cambiarla. ¿Os suena? Siempre más, ¿eh? Nunca menos. Como si no tuviéramos suficiente con esta manera nuestra de no sentirnos nunca suficientes…

Ahora la moda es hacer deporte, si sólo comes bien no te estás cuidando bastante. Tienes que hacer ejercicio, el que tú quieras, pero que sea algo de “cardio” por favor, y si puede ser cada día mejor. Para conseguirlo debes: comprarte ropa (el mercado de la ropa deportiva ha crecido enormemente), leerte algún libro de la gurú de moda, tener disciplina, comprar un montón de verdura para los zumos verdes y estar enganchada al móvil todo el día… Así sentirás que “una gran comunidad” está a tu lado y te ayuda a alcanzar tus objectivos. ¿Tus? ¡No! Sus objetivos.

Porque amigas, creo que somos testigos de la reactualización de uno de los bastiones que cementan nuestra infelicidad: anular la propia singularidad. Infelicidad que pasa de generación en generación.

Es realmente difícil (o por lo menos para mí lo es), hacerse cargo de una misma. De lo que nos hace únicas: nuestro linaje, nuestro carácter, nuestros miedos, nuestra manera particular de amar, de desear, de querer ser querida, nuestra manera concreta de utilizar el lenguaje, nuestro cuerpo único, con sus cicatrices, con sus particularidades, nuestra manera única de sostener lo que nos falta, lo que nos gusta, lo que nos gustaría… nuestra particular manera de estar, de ser, de sostener y sostenernos. Somos preciosas piezas únicas que jamás tendrán copias.

Y digo que es difícil porque es sencillo caer en las comparaciones, en retarnos a nosotras mismas a ser diferentes, a querernos si…, a decir que nos querremos más cuando acabemos “el reto”, “el détox”, “el cursito para la autoestima”, cuando nos cuidemos más, cuando nos tengamos más paciencia y etcéteras varios.

Así que me produce una especial lástima que las redes sociales, léase la que está de moda, ahora Instagram, nos vendan la carencia constante bajo la falsa mirada del “tu puedes” y si no lo haces es porque no quieres, porque pones excusas para cuidarte. Cuando en realidad lo que hacemos es comprar partes de otras personas y ponérnoslas encima de nuestro cuerpo, a modo de máscaras. Ellas se venden a sí mismas (sus miedos, sus intimidades, sus cotidianidades) y nosotras compramos “lo que nos falta”. Porque sí, porque hay un montón de mujeres que creemos que “nos falta algo” y el sistema capitalista feroz se encarga de que siga siendo así porque es una manera fantástica de generar riqueza.

Porque, amigas, esta sí es una característica patriarcal que nos han/hemos metido en la cabeza: siempre nos falta algo. Si no nos sobran quilos nos falta autoestima o no estamos suficientemente conectadas con nosotras mismas, o con nuestro útero, o quizá deberíamos comer mejor acorde con nuestras fases hormonales, o deberíamos meditar para poder ser más ecuánimes… y un largo etcétera de cosas que nos faltan y que, a la vez, nos llenan la agenda día tras día. Porque esta es otra característica de “la falta”, debe “llenarse” constantemente, así nuestras agendas rebosan de obligaciones para conseguirnos “más plenas”.

Y que conste que esto lo escribe alguien que tiene la agenda llena y a la que le encanta asistir a talleres de todo tipo.

Pero llevo unos días reflexionando sobre la propia individualidad. Sobre la propia singularidad. Y no sólo sobre la mía sino también sobre la de K. Cómo sostener su propia manera única de ser, si no sé aceptar la mía y no sé cómo lidiar, a veces, con la de las demás.

Ayer estuve en la muestra de piezas inacabadas de nuestra querida Escuela de danza Evohé. Y volví a constatar que la propia presencia habla de nuestra singularidad y que ésta se concreta en cada uno de nuestros movimientos, en nuestra mirada, en nuestros pensamientos que se convierten en tendencias mentales.

Y pude ver y sentir la maravilla de SER. De poder estar viva y ser capaz de mirar a cada una de las personas con las gafas que pueden ver y apreciar la Singularidad. Y la mirada de la singularidad no compara, no mira lo que falta, no juzga… solo se empapa de esa vida única, de esa forma de ser sorprendente y auténtica.

Así que me pido eso para mí y os lo comparto a vosotras, por si acaso os es de ayuda. Y, la verdad, no sé cómo se hace. Creo que es como mantener el equilibrio, ese estar ahí, perseverando en la pérdida constante y en la vuelta una y otra vez. Como ser consciente de la respiración, aceptando que la mente genera pensamientos una y otra vez.

Lo que percibo de esta otra manera de mirar(se) es que nos permite pensarnos como un todo. Sin posponer nuestro amarnos.

Así que, amigas, esto os traigo hoy: al hilo de un acontecimiento casi anecdótico, como es el hecho de presenciar el declive al que el ego puede llevarnos si no lo mantenemos a raya, una reflexión para mí muy valiosa: el pequeño tesoro que todas somos. Un tesoro hecho de múltiples trocitos, pedazos, retazos, de diferentes materiales, desde la piedra al oro, pasando por la arena del paso del tiempo. Quizá, aplicarnos la mirada de la singularidad nos permita vaciarnos de los quehaceres y sacar más tiempo para mirarnos las unas a las otras, sin tiempo o, como lo llamaron los antiguos griegos, con el tiempo de Kairós.

Gracias amigas,

*La palabra singularidad se la oí con un significado parecido al que aquí expongo a Ana María Vidal. Si no la conocéis, podéis ver su web. Hay mucho en mis escritos que son aprendizajes extraídos de sus talleres compartidos con maravillosas mujeres. Hay una manera de hacer política del (auto)cuidado, que no es una moda sino una responsabilidad, pero la línea es fina y es fácil perderse. Así que estos artículos contienen las ganas de seguir dibujando esa línea política del vivir.

Por último, amigas, solo comentaros que comparto la consternación y la rabia colectivas ante la sentencia de la manada de estos días. Y me encantaría escribir sobre ello pero aún es demasiado pronto para mí.

Gracias amigas, por leerme, de verdad.

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7 comentarios en «Permitir_se(r). Capítulo II: La propia Singularidad»

  1. Ana Rubio dice:
    1 01Europe/Madrid mayo 01Europe/Madrid 2018 a las 17:30

    Eres maravillosa Adri, como siempre me emocionas con tus escritos. Gracias! <3

    Responder
    1. La ciudad de las amigas dice:
      9 09Europe/Madrid mayo 09Europe/Madrid 2018 a las 17:22

      Ana, amigaprima, muchas gracias. Qué bonito que leas y emociones. Me hace muchísima ilusión que me leas así, con el corazón.
      Un abrazo y miles de besos

      Responder
  2. Isa dice:
    2 02Europe/Madrid mayo 02Europe/Madrid 2018 a las 09:41

    Adri,
    estoy agradecida de tu mirada en presencia y con tanta calidad. Infinitamente agradecida.
    Hoy tengo un día de mierda que pasa por esa sensación de «siempre nos falta algo».
    Cuando fluye el yo autentico una acaba juzgándose, censurando las destrezas y reculando para ser una y otra vez invisible porque la visibilidad duele. (¿Será también este permanecer en la invisibilidad otra trampa del capitalismo y el patriarcado?) Porque afirmar la singularidad es abrazarlo todo y cuando aflora la vulnerabilidad no siempre se está fuerte para sostenerlo. Para sostener eso que somos de auténtico…
    Y por este día que tengo y esta lectura que ha llegado justo a tiempo celebro que sigas con este proyecto. Con esa claridad y lucidez que te caracteriza y que nos nutre a todas.
    Gracias infinitas por las calidades que compartes.
    Un abrazo enorme!!

    Responder
    1. La ciudad de las amigas dice:
      9 09Europe/Madrid mayo 09Europe/Madrid 2018 a las 17:21

      Amiga, Isa
      Millones de gracias por leerme. Es todo un honor tenerte al otro lado. Gracias por tus ojos cálidos que leen con tanta atención y amor las palabras que fluyen por la Ciudad.
      Besos <3

      Responder
  3. Lina dice:
    3 03Europe/Madrid mayo 03Europe/Madrid 2018 a las 13:00

    ouuu yes… SINGULARMENTE MARAVILLOSA!!

    Responder
    1. La ciudad de las amigas dice:
      9 09Europe/Madrid mayo 09Europe/Madrid 2018 a las 17:19

      Hermanaaaa!!! Queridaaaa maravillosaaa tuuu! Gracias, L

      Responder
  4. Empar dice:
    17 17Europe/Madrid junio 17Europe/Madrid 2018 a las 13:52

    Isa, hoy acabo de descubrir tus escritos por una de estas causalidades que dan sentido al sin sentido.

    Me has regalado una mirada compartida, hecha del común lenguaje expresado con claridad: es una gozada leerte!!!! Gracias.

    Responder

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