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LA CIUDAD DE LAS AMIGAS
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Apuntes sobre el concepto de cuerpo

Publicada el 2 02Europe/Madrid octubre 02Europe/Madrid 20192 02Europe/Madrid octubre 02Europe/Madrid 2019

Nuestro cuerpo es la puerta a la realidad inmediata. Es nuestro templo sagrado, fuente y transmisor de información valiosa. Nuestro cuerpo es la parada, la espera, la escucha y el presente.

Mimarlo, escucharlo, protegerlo y quererlo es un quehacer cotidiano. Es el lugar del placer, de la enfermedad, del dolor y de la alegría. En nuestro cuerpo habita nuestra mente, nuestro pensamiento y nuestra identidad. Y a medida que ellos crecen, también nuestro cuerpo se transforma, se surca y se huella. Se empapa de la vida que hemos vivido, de nuestros pensamientos y de nuestras emociones.

Aprender a amarlo así, en crudo, no es fácil. Somos hijas de una educación que ha preferido esconderlo, avergonzarse, estigmatizarlo, transformarlo, anularlo y amputarlo. Hemos crecido acomplejadas (unas más y otras menos) por nuestros pechos, porque nos vieniera la regla, por si la falda era demasiado corta, nuestras mamas demasiado grandes… Eso, o nos hemos criado en la utilización de nuestro cuerpo para conseguir admiración, protección y legitimidad.

Pero tomar las riendas de nuestro cuerpo significa politizarlo, hacer de él un lugar amable des del cual poder hablar, un lugar des del que ser capaces de habitar nuestra legitimidad, nuestra singularidad. Un lugar desde el cual salir al mundo con la seguridad de estar bien acogidas en nuestro propio hogar.

Acoger nuestro cuerpo con sus luces y sus sombras, con la enfermedad y el dolor, con sus limitaciones y sus posibilidades es una tarea compleja. No hay una meta a la que llegar, algo que conseguir. El objetivo no es quererlo al final de un proceso arduo. No es algo que nos suceda de repente, una iluminación, un impacto. Quererlo es aquí y ahora. Con todo. No hay nada más. No es un quererlo condicionado a cuando coma mejor, a cuando haga más ejercicio, a cuando esté sano, a cuando se vea más bello…

Querer nuestro cuerpo es algo que se hace en presente y supone un reto porque siempre hay algo que no nos gusta, que queremos cambiar, algo que desearíamos que desapareciera. Así de duro puede resultar quererse. Quererse es aceptarse tal cual, con lo que hay, con lo que nos sucede.

Y con todo ello partir hacia nosotras mismas con amor, con comprensión, con perdón. Darnos la legitimidad con lo que falta. No desear, no compararse, no mutilarse, no usar el condicional.

Amarse no es una actitud romántica, no tiene glamour, no sale bien en las fotos. Amarse es estar desnuda, respirar, llorar por lo que no será, actuar para cambiar y conseguir lo que se quiere. Amarse es la pausa y la acción a la vez. Es la espera y el presente. Amarse es una larga combinación de blancos y negros que dan unos grises preciosos.

Amarse es aquí y ahora y este amarse es una práctica cotidiana que va alargando los instantes para que sean más duraderos. Amarse es un desafío constante al mundo exterior, al ruido, a la superpoblación.

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